Ir al contenido principal

relatividad

Peguntas si quiero ser ella. ¿Quiero? Estoy segura de de serlo, ser ella pero no tú, que seas ella para mí, que ella y yo somos lo mismo pero ella tiene tu nombre y tu sexo. No importan ya las preguntas, importa que ella no exista, que no esté segura de tu existencia, y que desee no existir.

Aunque no quiero caer de la realidad, sueño un accidente que me lleve a Santiago. Lo que ese camino me ha prometido. La catedral, la pista de hielo, la niña, la playa, correr y buscarte, la lluvia, el colegio.

Caminar hasta el oporto y Lisboa, un tren a Dresden… ya tengo los boletos y las calles por las que seremos tiempo y palabras. Detenernos en un grafitti, tres carteles. Tus fotografías y yo. Pasos, veo tus tenis y puedo escuchar las risas que me regresan a la vida que no es esta en la que estás. Escribes ese libro, ilustro las palabras que dicen lo mismo de mil modos distintos. Una canción tonta, bailar, de nuevo tu risa. Una computadora, la noche y el alcohol de un lugar que nos resguarda. Mi trabajo y tu abrazo. Los amigos. Cada quién lo suyo en lo mismo, lo simultaneo de que un día me necesites.

Una vez más, esa risa, disparada por algún fenómeno que camina frente a nosotras, el absurdo de todo y las personas…De escribirte y dibujar tus ideas. Es precisamente esa risa la que me regresa al #19 de un autobús cualquiera en que se escribe la historia de una mujer que no existió, pero bien recuerdo en la piel, con la precisión de tus colores y sonidos… caminas, como tus palabras, libre y a mi lado.

Océanos, tiempo, tierra, experiencia, mundos y submundos, economía, cultura. ¿Suerte? No creer en ella, menos poseerla. Una noche cualquiera de abril, tu llamada, una duda, resolver el misterio, el salón de inglés, el canal de tiempo, un cuaderno de notas, saber que eres tu, no la que construí, sino ella, quien viene por mi.

Las cosas son la idea que tenemos de ellas.

Somos lo que está en la mente de quien toma conciencia de nosotros. Navegamos mentes y palabras, pensamientos e imágenes simultáneas en cabezas que nos piensan o nos hablan. Los aviones pasan. Te pienso, te extraño.

Rupturas en el tiempo que permitan atravesar en un pensamiento el océano, el idioma, el sexo, el tiempo, la indiferencia de no saber quien te construye, en contra de lo que le queda de voluntad.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

santa cordurita

Saco la imagen que encontré tarde, después de cinco años, en el tercer viaje, justo cuando no era mi intención encontrarla. Desesperadamente rastreamos la ciudad con sus iglesias e imágenes. Era una invención para justificar el hecho de no poder salvar tu vida. El cáncer mata y punto. Vivir, de algún modo, también es ir muriendo, ser muertos por causa del tiempo y las circunstancias a las que nos expone hacer una vida. Rezo a la Santa Cordurita para que no sea cierto, que aleje de mí la esperanza con la que despierto abrazándote. Tenerla junto al pecho, después de un baño con agua de coco y poner azúcar en el shampoo. Dice Iván que no es magia sino leyes físicas, que se neutralizan las energías, se alejan las malas vibras. Una veladora de canela y azúcar, que endulce mi corazón, que el latir del colibrí sea mi alma alegre. Mar dulce. Como tu voz T o este recuerdo. La esperanza de nuevo. Santa Cordurita, te encontré tarde, no quisiste aparecer cuando necesitaba el milagro, agua bendit...

grado 45

si el futuro es ilusorio y para el pasado es muy tarde, pues nada, bailemos mujer... compremos tres ilusiones para esta noche, abrigadas del recuerdo de esto que nunca fué: embriagarnos de felicidad y mentira mentirle al destino, escondernos en tu cama y mis palabras fingir que fingimos... y si ella llega, encuentre que estando juntas, somos ella pero no queremos saberlo para no perderla

menos infinito

el álgebra de mis frustraciones resulta en tí, en que soy irremediablemente libre de huir de no estar contigo y dejarte atrás llorarte y dibujarte hasta hacerte salir completa de estas manos que una vez fueron tu envoltura sacarte en lágrimas interminables como la noche primera de nuestros cuerpos hacerte salir de tanto contar tu historia para que se evapore con la tarde apagarte en el sueño de narcóticos y cansancio trabajar, estudiar, crear... llenar mi día de verbos productivos que sustituyan el dolor de no ser el futuro que tus letras de vapor me prometieron el resultado es un absurdo igual al menos infinito después del esfuerzo por sacarte de mis manos, mis ojos, tres líneas y el futuro... nada absurdo obtener nada de la nada como olvidar lo que nunca fué