Tengo ya un montón de recuerdos tuyos pero míos, (sobre todo míos). Eres la protagonista de una historia que no sucedió, al menos en este plano existencial. Debo estudiar la teoría de la relatividad, para encontrar el accidente por el que pueda, como en mi sueño, entrar a tu mundo, tu burbuja. Eres Laura y estás lejos. Un salón, palabras, seis o siete horas de distancia en tiempo, otros muchos kilómetros de tierra y agua, dos años de existencia, cinco mundos entre el primero y el que habito. ¿Cómo decir que existes, si no estás, si no existes? Si eres la invención de un personaje. Un gólem con el que platico sobre el amor y la vida, que no ama ni vive un mundo que tampoco es el tuyo. Suerte. No me tomo la molestia, las piezas vienen a mí. Sucesos consecuencia de decisiones acertadas o no, que traen algo tuyo: imágenes, palabras, sonrisas, ironías y miedos.
No me atrevo a desearte, menos aún a enamorarme (a estas alturas, enamorarse es el mayor inconveniente). Anticipo la razón a este inconsciente que me maneja. Sólo hay una gran interrogante que me obsesiona, ¿dónde ha de llevarme este encuentro virtual? Aprendizaje? Si, por supuesto, como todo. Lecciones de vida, ejemplos que confirman lo que soy y lo que no tengo. Un motor, la ventana por la que entro, o por la que escapo. Tú y tus letras hablando de mi vida, esa que no dejo ver.
Una lista de mujeres a las que admiro, imito, entiendo y que me explican. Soy su explicación más elocuente, soy sus palabras y la reflexión que no concluye. Puedo amarlas y las circunstancias las alejan más que cuando no existieron. La historia es la misma: la cantante, la locutora, la acordeonista, la diseñadora, y ahora, la mujer de las palabras ácidas. Siempre con la molestia de aceptar la realidad sin dejar completamente de lado mis deseos y sus pensamientos silenciosos.
No eres tú, si no lo que tu presencia (ausencia) dice de mi. Quiero ser la que está en tus palabras más crudas (como la carne que comes a escondidas) y lo que tus imágenes revelan. . . Eso que soy, pero no tengo una certeza en la mano.
SENSIBILIDAD+INTELIGENCIA+CREATIVIDAD: libertad, amor, pasión, fuerza, belleza…
No me atrevo a desearte, menos aún a enamorarme (a estas alturas, enamorarse es el mayor inconveniente). Anticipo la razón a este inconsciente que me maneja. Sólo hay una gran interrogante que me obsesiona, ¿dónde ha de llevarme este encuentro virtual? Aprendizaje? Si, por supuesto, como todo. Lecciones de vida, ejemplos que confirman lo que soy y lo que no tengo. Un motor, la ventana por la que entro, o por la que escapo. Tú y tus letras hablando de mi vida, esa que no dejo ver.
Una lista de mujeres a las que admiro, imito, entiendo y que me explican. Soy su explicación más elocuente, soy sus palabras y la reflexión que no concluye. Puedo amarlas y las circunstancias las alejan más que cuando no existieron. La historia es la misma: la cantante, la locutora, la acordeonista, la diseñadora, y ahora, la mujer de las palabras ácidas. Siempre con la molestia de aceptar la realidad sin dejar completamente de lado mis deseos y sus pensamientos silenciosos.
No eres tú, si no lo que tu presencia (ausencia) dice de mi. Quiero ser la que está en tus palabras más crudas (como la carne que comes a escondidas) y lo que tus imágenes revelan. . . Eso que soy, pero no tengo una certeza en la mano.
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