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Mostrando las entradas de 2019

La casa

Tengo la sensación de haber habitado antes esta frustración. Reconozco esta casa  construida sobre suelos lacustres y sueños fugaces. Sin resistencia experimento en mi vientre el dolor y el vacío que dejaron las expectativas y todos los razonamientos con que argumentaba cada decisión para construirme una maternidad ganada o merecida. Dolor y ansiedad desarman identidades. Suelto la mentira con la que me protegí y descubro en mí, más luz de la que creí tener. Asumir el valor de vivir sin engañarme más, hacia la única dirección posible. Sobrevivir. Convertirse en lo que sea necesario y buscar la vida. No seré yo quien derrumbe esta casa para construir la comprensión y la calma con la que llegan los años. La estabilidad de mis pies descansa en algo más perdurable que el deseo. Suelto mis problemas de autoridad ante Dios, mi falta de confianza y el miedo profundo a ser olvidada. Entregar esta casa es dejar de vivir cansada haciendo esfuerzos imposibles porque es así como ent

Valor y miedo

Un día se instala el miedo y corroe cada pensamiento. De alguna manera hay que sobrevivir sufriendo y funcionando al mismo tiempo. Nadar oceanos de incertidumbre hacia el apauso y la aceptación. Me obsesioné con la razón y la verdad. Creí lo que me dijeron un par de confundidos persiguiendo sus propios fantasmas de libertad y felicidad. Cerré las puertas e invité a casa al miedo vestido de arrogancia. Una ilusión que es roca, que separa y duele al mirar a los demás a través de la ventana, lejos de mi naturaleza.  Me perdí de tanto ver afuera. Cansada de no tener ni puta idea, de no saber, caí de rodillas ante la incertidumbre y ahí me quedé un rato hasta conocer mi humildad. Vi entonces verdades cayendo a pedazos al observarlas y considerar que podrían no ser ciertas, revelando la belleza de mi vulnerabilidad, hasta admitir que no necesito nada que no esté ahora mismo a mi alcance. Dejé de negar mi belleza y mi realidad. Dejé de pealear con Dios y que me quemara ese fueg