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Mostrando las entradas de enero, 2008

santa cordurita

Saco la imagen que encontré tarde, después de cinco años, en el tercer viaje, justo cuando no era mi intención encontrarla. Desesperadamente rastreamos la ciudad con sus iglesias e imágenes. Era una invención para justificar el hecho de no poder salvar tu vida. El cáncer mata y punto. Vivir, de algún modo, también es ir muriendo, ser muertos por causa del tiempo y las circunstancias a las que nos expone hacer una vida. Rezo a la Santa Cordurita para que no sea cierto, que aleje de mí la esperanza con la que despierto abrazándote. Tenerla junto al pecho, después de un baño con agua de coco y poner azúcar en el shampoo. Dice Iván que no es magia sino leyes físicas, que se neutralizan las energías, se alejan las malas vibras. Una veladora de canela y azúcar, que endulce mi corazón, que el latir del colibrí sea mi alma alegre. Mar dulce. Como tu voz T o este recuerdo. La esperanza de nuevo. Santa Cordurita, te encontré tarde, no quisiste aparecer cuando necesitaba el milagro, agua bendit

tres minutos

Somos al mismo tiempo cada una de las ideas que los otros tienen de nosotros mismos. Habitamos pensamientos y sueños en los que morimos y renacemos según el olvido. Soy todas las imágenes que quieras pero soy en tu mente el recuerdo que te amo, tres minutos y la vida es otra, monotonía y trascurrir de días como cigarros en tus dedos y pensamientos en tus labios. Tal vez no existo, pero aun me estremece recordar tu aliento con memoria visual o táctil. Caminamos ya por Lisboa y no te has enterado porque eres otra con quien duermo y hablamos de que el color es una ilusión, de que el futuro no existe y ya es tarde mi niña, corre que no llegamos. Amo que no me necesites y no se si piensas en mi. Vives en mí y eres el color de mi día, encerrada tal vez en una ciudad pero infinitamente libre en mi cuerpo que te piensa cada instante. Camino entre estrellas que tus ojos dejaron por aquí en todo esto que voy pisando. Son mi modo de mirarte y besarte, cada ilusión que se tiene de la realidad, cad