Te escribo pensamientos sin nombre, emociones y dudas. Subo desde tus piernas hasta tus playas en letras que tienden puentes del amor hacia el deseo. Camino tus orillas y mis manos escriben en tu cuerpo las razones de este ahora nuestro que es amor y tiempo, ausencias y silencio color tu nombre. Busco anclar mi vida a la tuya y me asomo al mundo que desde ahí se dibuja: tú, el mundo en el que siento el vértigo del destino invitándome a saltar. Estoy suspendida en este cuerpo que tiene ahora tu nombre escrito con besos, justo antes de cruzar las líneas que tus palabras claramente trazaron en la cartografía de mi espalda dormida. Navego tu cama que tendrá, según las circunstancias, su propio naufragio en tus orillas de mujer donde he de construir mi casa y he de leer al destino la historia en que te conocí y de un momento a otro fue primavera tu llegada insoportablemente hermosa...
nunca la vida es tan precisa