Antes que todo pase, mi niña, estaremos a salvo… este silencio protege nuestro más grande secreto: ese que tus ojos gritan detrás del personaje que canta. Voy por un camino oculto a tus brazos que son fuego, recorriendo tus mundos y tus superficies, escalando el misterio del amor en ir y venir de viento y silencio… Agregamos tiempo a la mezcla, tiempo lento y desesperante, tiempo que nunca alcanza, que se roba y se extiende. Al distraerse el mundo, metemos la mirada al fondo del costal de certezas, robo dos de ellas, esa de que te quiero y la otra, de que me quieres…. Después viene el mundo, donde efectivamente ya casi no hay nada que no te contenga y que no llueva ya tu color y tus silencios… la misma ausencia va llena de ti mi niña, de esa imagen que desborda mis ojos en lágrimas de no tenerte. Saberte cierta e imposible, escribirte mundos para leerlos a tu lado y entonces creer, sin comprobar nada, sólo creer que las cosas son posibles, aunque la vida grita lo contrario, creer en ti
nunca la vida es tan precisa